Si le decimos a una persona que puede materializar un objeto con el poder de la mente, pues nos tilda de locos y no se lo cree, a pesar de que tiene ejemplos delante de su vista todo el tiempo.
Bianca Atwell
Mírate a tí mismo: Todo tu cuerpo lo estás materializando con tu mente las 24 horas.
La gente piensa que el cuerpo se materializa por el alimento que comemos. Sin embargo, si estudias el proceso de producción de proteínas a partir de las instrucciones del ADN, verás que tu cuerpo se está "fabricando" todo el tiempo de acuerdo a lo que piensas.
Mira a tu alrededor: todos los objetos que tienes a tu alrededor fabricados por los humanos, fueron antes una idea, algo inmaterial, algo que primero fue un proceso mental y luego se materializó.
Sin embargo, seguimos pensando que somos incapaces de materializar con la mente...
El poder de la mente para la materialización es el de saber cómo transmutar elementos, cómo combinarlos. ¿De dónde viene el poder de transmutación?
Bueno, si estudiamos la biomasa (todo lo vivo en el planeta: vegetales, animales, humanos, bacterias, etc.), en su conjunto la biomasa de este planeta Tierra tiene una función bastante definida: transmutar la energía que recibe del espacio en elementos químicos.
Los seres vivos somos grandes industrias químicas, grandes alquimistas y transformadores.
Transmutamos rayos cósmicos, radiaciones solares y radiación electromagnética, en distintos materiales químicos.
Es evidente que estamos evolucionando no en lo físico sino en lo mental. Para muchos científicos, la evolución del cuerpo del ser humano ya ha terminado. Sin embargo nuestro cerebro sigue evolucionando por ejemplo en el crecimiento del tamaño del cuerpo calloso (membrana que une a ambos hemisferios cerebrales) lo que nos permitirá en el futuro tener una percepción HOLISTICA del universo en el que vivimos, y no la actual, sometida a la lateralización, que nos deja sólo percibir tres dimensiones.
Estamos haciendo consciente la cuarta dimensión (el tiempo) como una manifestación no lineal, un concepto que explica muy bien José Argüelles cuando nos habla de la cronosfera, una capa que en su opinión se extiende desde el núcleo terrestre hacia el espacio en unos 64.000 kilómetros.
Pero muy pocos conocemos nuestra naturaleza de "industria química", nuestra capacidad como parte de la biomasa de transmutar energía del cosmos en producción química orgánica e inorgánica.
Si observamos el proceso del ADN y el ARN, vemos que dentro de cada célula tenemos un montaje espectacular igualito a una industria. Con su maquinaria macromolecular de ensamble, con sus naves de transporte y logística.
Podremos ser testigos de cómo un pensamiento se convierte en "carne" de pulmón, o de hígado, y cómo es el sistema de ensamblaje, con sus poleas y sus chaperoninas.
Por lo que sabiendo ésto, sabiendo que con la mente creamos enfermedad o salud, angustia o felicidad, tendremos que prestar más ATENCION a lo que circula en nuestros pensamientos...
Conozco a personas que creen que están gordas y por lo tanto dejan de comer. El otro día estuve hablando con una chica que me dijo que hacía años que desayunaba sólo café y recién a las seis de la tarde comía algo, siempre sin grasa, para adelgazar. Estaba muy angustiada porque no bajaba de peso, y se sometía a dietas cada vez más estrictas.
Allí la ves. Ojerosa y anémica, gorda como una osa.
Hay personas que se ven flacas y comen de todo y no engordan. Y hay personas que se matan a dieta y cada vez engordan más. Cuando veas el proceso del ADN, entenderás por qué es fundamental lo que pienses de tu propio cuerpo, para que éste vaya construyéndose día a día en la salud y el bienestar.
Transmutamos, somos industrias químicas reguladas por la mente. Así que es más importante el que da la orden (el pensamiento y la actitud) que el alimento que te metas por la boca. Lo mismo sucede con los medicamentos y el efecto placebo.
Es tan relevante el poder de la mente sobre la materia, que ya no podemos seguir alimentándonos de malos pensamientos, de ideas descorazonadoras, de miedos y de noticias que nos hacen sentir mal. Llegó la hora de tomar el sartén por el mango del contenido de nuestros pensamientos.
Eres lo que piensas. Fabricas lo que piensas. Y transmites a los demás lo que sientes.
En esos fenómenos naturales, hay mucha responsabilidad y por lo tanto, LIBERTAD.
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