Para endulzar tus comidas, seguramente optes por el azúcar blanco tradicional o azúcares más artificiales como el aspartamo, el ciclamato y la sacarina. Pero quizá no eres tan consciente de que ellos pueden resultar perjudiciales para la salud: la diabetes y la obesidad son enfermedades que surgen como consecuencia del exceso de azúcar.
Una gran idea para cuidar tu organismo es reducir las cantidades de azúcar que ingieres o modificar tus hábitos sustituyéndola por edulcorantes naturales. Además de ser una opción mucho más saludable, aportan vitaminas y minerales.
¿Cuáles son los edulcorantes naturales?
Conócelos a continuación.
La miel. Es conveniente ingerirla en pequeñas proporciones, pues contiene casi el doble de dulce que el azúcar. De cualquier manera, es natural y contiene vitaminas, minerales, aminoácidos y proteínas.
El azúcar crudo de caña. Es el que se extrae de la caña de azúcar (sin procesamientos químicos ni de refinación) y posee calcio, hierro, fósforo y vitaminas A, B1, B2, B6 y E.
La fructosa. Es la presente en los frutos frescos y las verduras, que ayuda a tener una mejor digestión y es una gran fuente de energía. Sin embargo, evita las grandes cantidades porque puede subir el nivel de colesterol.
Sirope de arce. Se obtiene de la savia del arce y es muy beneficioso, porque aporta muchas menos calorías que la azúcar y la miel, y es más fácil de digereir que el azúcar de caña. Además, tiene minerales como el calcio, hierro y potasio.
Estevia. Es la opción para los diabéticos porque posee un principio activo, el esteviósido, que actúa sobre el páncreas y ayuda a segregar insulina, de manera que no altera los niveles de azúcar en la sangre. Es una planta del Paraguay que, además, tiene muchísimos beneficios: mejora el metabolismo, facilita la digestión y la pérdida de peso, regula la acidez estomacal, combate las bacterias, regula el funcionamiento del corazón y ayuda a la cicatricación de la piel y prevención de arrugas.
Las maltas. Tienen proteínas y minerales y su procesamiento es natural (hablamos de la malta de trigo como la de arroz o cebada) por lo que los hidratos de carbono se convierten en maltosa, que se compone de glucosa. Pero hay que vigilar que no queden restos de plaguicidas.
Las frutas desecadas. Poner las frutas al aire libre o dentro de los hornos ayuda a eliminar el líquido y potencia su sabor azucarado.
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