Según datos de encuesta reciente de María de las Heras, el 50% de los mexicanos se uniría al movimiento #Yosoy132 si tuviera la oportunidad. Nació una consciencia colectiva en México.
Estos jóvenes, nuestros niños héroes, lograron en unos cuantos días lo que ningún partido político había hecho: unir a los ciudadanos por encima de las divisiones, privilegiar lo que nos une en vez de fijarnos tanto en los que nos separa. El movimiento #Yosoy132 nos está invitando a sacar lo mejor de nosotros, desde el corazón, justo lo contrario de lo que provocan los pleitos políticos.
Estamos ante un fenómeno que no se puede comprender ni observar desde el ángulo obtuso de las mentes, irracionales, que luchan a muerte por tener la razón. Si un 50% de mexicanos se siente integrado a un movimiento de mirada tan amplia y poderosa como el #Yosoy132, es precisamente porque la realidad se está transformando a sí misma, está dando un giro de 180 grados, abriendo una compuerta de luz para que podamos ver la película completa, en visión periférica, 360 grados.
Entrar en sincronía es ponernos en paz y en armonía, entre todos.
Por encima de las razones que nos enfrentan, hay un corazón que nos une. El gran problema de México, hasta ahora, causante de tanta pobreza, impunidad e injusticia, ha sido la desunión. Nos la hemos pasado peleando por razones ideológicas estúpidas, sin mirar que hay ideas más inteligentes donde podemos unirnos y trascender. En el Wirikuta Fest, Rubén Albarrán de Café Tacuba, varias veces dijo: es la hora del abrazo colectivo. Abrazar al que tenemos junto, sin importar quién es, ni de dónde viene, lo único importante es que está a nuestro lado.
La visión partidista ha quedado derrotada antes de llegar a las urnas: se augura sorpresa mayúscula.
Digamos que se ha dado a luz una nueva visión de las cosas que no se parece en nada a las formas prejuzgadas que conocemos. Ya se siente en nuestras manos el poder en red del todos somos uno. Unidos nos iluminamos entre todos, mientras desnudamos la mentira oscura del miedo. Toda confrontación partidista se origina en el miedo a perder la razón. Es un juego sucio que degenera en sufrimiento, rencor, odio y violencia social. Lo que hemos vivido en el país los últimos años, es el mejor ejemplo: sembrar miedo y odio es cosechar violencia y sangre.
Está floreciendo el sueño original de los Ancestros, está renaciendo el Espíritu de México. Y está hablando a través de estos jóvenes luminosos, nietos de la masacre del 68 e hijos de la frustración del 2000. Son la generación que ya logró transformar la indignación en creación, y el enojo en poder.
Todos los ojos del mundo están volteando hacia México: somos faro de luz. Pronto, si no es que ya, el hashtag La #MarchaYosoy132 será el evento más resonante a nivel planetario, en la historia del Twitter. Estamos hablando de un acontecimiento inédito: una consciencia dormida se despierta, gracias a los gritos y al brío de miles de universitarios de todos los colores, para tomar las riendas del país.
La luz se hace en base a resistencia. Y vaya que somos un país que hemos venido acumulando, tantísima, resistencia a lo largo de los siglos. No es nada extraño que la erupción de luz se esté dando en México.
El 11 de mayo del 2012, día 132 del año, nació en la ciudad de México, en pleno Santa Fe, una consciencia colectiva. Después de #Yosoy132 nada más será igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario